Como en ediciones anteriores, hoy hemos tenido la oportunidad de visitar nuevamente Arco. Visita que además de permitirnos disfrutar de las obras expuestas y descubrir nuevos referentes del arte contemporáneo, nos ha permitido compartir momentos con clientes y amigos, como Juan Silió, de la galería que lleva su nombre en Santander.
Si algo podemos destacar de esta edición es la cada vez mayor presencia de galerías latinoamericanas y, en especial, de Colombia al ser el país invitado. Con la participación de 218 galerías, el 71% de ellas extranjeras, 47 provienen de diez países de América Latina. Ello enfatiza la apuesta de Arco de ser una feria internacional que sirva de conexión entre Latinoamérica y Europa en pugna directa con la Miami Art Basel que por cercanía y potencia atrae a la mayoría de los coleccionistas latinoamericanos.
El gran lastre para las ventas este año sigue siendo el mismo que en años anteriores: el IVA cultural. El 21% de IVA con el que se gravan las ventas de arte de España frente a unos tipos más reducidos de otros países supone un desincentivo para que los coleccionistas compren arte en España. Las galerías españolas deben apostar por su internacionalización pero difícilmente cuando compiten con sus homónimas en otros países cuyos clientes soportan unas tasas impositivas menores.
Si dejamos de lado las cuestiones sobre si hay que fomentar el arte o no, por parte de los poderes públicos ¿es mejor un 10% de algo o un 21% de nada? En términos de recaudación para la agencia tributaria una rebaja del IVA cultural, conllevaría una mayor recaudación en términos absolutos, puesto que la medida incentivaría la venta de arte por parte de las galerías que, en el panorama actual, son los principales agentes en la venta de arte de nuestro país.
Esperemos que en próximas ediciones, el IVA cultural deje de ser un lastre para nuestro arte.